miércoles, 27 de abril de 2011

SUPÉRALO

Un día, en el autobús, alguien me dijo: "El amor cuando es bueno te hace feliz, cuando es malo, te quita la vida". Para explicar lo que es un amor bueno y un amor malo sólo habría que darle la vuelta: "el amor cuando te hace feliz es bueno, cuando te quita la vida, es malo". Es una forma rápida, sencilla y directa de explicar un tema amplio y a veces ambiguo en el que la objetividad es muy importante. Lo primero que hay que concienciarse es que nadie necesita a nadie, aunque a veces sintamos que no podemos vivir sin esa persona. Podemos sentir que no queremos vivir sin esa persona, pero eso es un estado que desaparece con el tiempo. Nadie muere de amor. 
Pero centrémonos en los amores malos, las relaciones destructivas que poco a poco 
nos van "comiendo terreno", nos transforman interiormente para peor y nos hacen vivir situaciones intolerables. Cuando te enredas en el círculo vicioso de un amor destructivo hay que tomar las riendas, coger el toro por los cuernos y decir "¡Basta!", pero no a la otra persona, sino a nosotras mismas. Tenemos que ser conscientes de que si no es lo que queremos, si no queremos vivir así, NO HAY QUE SEGUIR ADELANTE. El amor tiene que aportarnos cosas positivas, ser un incentivo en nuestras vidas. En el momento en el que empieza a ser un lastre que nos hunde, hay que eliminarlo y seguir adelante, avanzar. Eso no significa tirar la toalla a las primeras de cambio, estamos refiriéndonos a problemas que no tienen solución, hechos que no deben ser tolerados, momentos que no deberíamos vivir... como decía antes, cuando empieza a ser un lastre. 

¿En qué consiste ese círculo vicioso? La sensación de que no quieres vivir sin esa persona, la expectativa de que no se vuelva a repetir y la esperanza de que cambie nos pueden llevar a soportar un amor malo. A veces podemos llegar a pensar ¿qué más puedo hacer para solucionar esto si nada de lo que hago funciona? Eso seguramente significa que no hay solución. Es el momento de tomar una decisión. Lo primero que hay que hacer es aceptar que la situación no se va a modificar, acabar con esas expectativas y esperanzas y plantearse si somos capaces de soportar vivir así o no. Una vez hemos aceptado la realidad el tomar una decisión puede ser difícil por eso de que "le necesito", "le quiero", "no puedo vivir sin él". Tendremos que dar un paso más y aceptar que eso no es cierto, que el amor es una enfermedad que se cura con el tiempo y lo que al principio nos puede ahogar en llanto a la larga puede ser positivo. Hay que tener visión de futuro y razonar, "sé que durante un tiempo lo pasaré mal pero en un futuro, ¿seré más feliz sin él?". 


Y si por fin decidimos romper la relación tenemos que ser conscientes de que habrá momentos en los que flaqueemos y sintamos deseos de dar un paso atrás y retomar la relación. En esos momentos hay que recordar los motivos que nos llevaron a poner el punto y final. En muchos casos él nos puede prometer que cambiará, que ha aprendido la lección... chicas, eso no ocurre jamás. Eso que dicen de que la cabra tira al monte es cierto, el que es de una manera no cambiará más allá de lo que dependa de la madurez. Al principio todo será perfecto y llegarás a creer que ha cambiado, pero con el tiempo todo vuelve a su estado normal, volverá a ser quién es. Y es que el león seguirá siendo león aunque quiera disfrazarse de cebra y los camaleones siempre serán de color verde aunque en ocasiones cambien de color para confundirse con su entorno. Hay que usar la lógica: ¿realmente queremos volver a amarrarnos el lastre a la cintura? En realidad todo empieza con saber lo que queremos. ¿Cómo quiero vivir? ¿Qué tipo de relación me hace feliz? ¿Qué me gusta, qué estoy dispuesta a tolerar y qué no? Tenerlo claro, establecer unos límites y no admitir que se sobrepasen, tomar ese camino y ser recta en la consecución de nuestro objetivo: FELICIDAD. Por cierto, que muchas veces nosotras también podemos ser el lastre para ellos, porque aunque nos encante decirlo, no siempre ellos tienen la culpa de todo. Mucha suerte, chicas. 

martes, 12 de abril de 2011

POEMA PARA LOS MALTRATADORES

¡Oye, tú, a ti te hablo!
¡Tú, aparente gran señor!
Vas con cara de cordero
exhibiendo pulcritud
como un rico su dinero
y una prolija actitud
mas tu mano se alza luego
para cruzarle la cara.
Avergüenzas a la gente
tu hombría es sólo una máscara.
Los moratones no duelen,
lo que hieren son sus entrañas
y ella ya no te quiere:
se queda porque es tu esclava.
Dime tú, hombre valiente
¿y si ella se rebelara?
¿y si un día decidiera
cerrar la puerta a su espalda?
¿Correrías también tras ella
para acabar de matarla?
Con cada uno de tus golpes
vas perdiendo las agallas.

lunes, 11 de abril de 2011

LA SILICONA

Es humano querer mejorar. Estoy segura de que si hubiera una operación en la que se pudiera cambiar el ADN para tener los ojos azules, o la piel rosada, o las piernas largas...tendría éxito. La lástima es que la gente esté demasiado preocupada en “estar buena” y abandonan casi por completo el cuidado de un cerebro. La razón es obvia: ningún tío piropea a una chica que camina por la calle POR EL SIMPLE HECHO DE SER INTELIGENTE...no...los gritos comienzan cuando luce un ajustado pantalón que le marque el buen trasero, cuando viste con un generoso y abultado escote, o una casi invisible minifalda que más que ropa es una putada, porque el índice de movimientos posibles sin que se vea lo que todos quieren ver y la chica en cuestión no quiere que le vean es casi igual a 0.


Entre los chicos se oye comentar: “tío, ayer me enrollé con una tía que estaba buenísima. No veas, chaval, tenía una delantera que ya la quisiera el seleccionador para los mundiales”. Es posible que si se le preguntase de qué hablaron la respuesta fuera: “no se...es que como hablaba muchas tonterías y me aburría cada vez que hablaba le comía la boca para que se callara”.


Es ley de vida que todos tengamos virtudes y defectos. Algunas nacen con unos labios demasiado finos, otras con un pecho similar a una llanura, otras con un trasero demasiado plano... ¿Por qué hablo en género femenino? Porque si un hombre tiene estas características...en realidad no pasa nada. Pero si una chica es gorda, de labios finos y pecho y trasero planos y caidos...¡¡menudo cayo!!


Por suerte ya existe solución. Ahora las mujeres podemos convertirnos en “hermosos clones de la muñeca Barbie”, luciendo hermosos senos de plástico de la talla 100 más insensibles que Risto, preciosos labios a lo Carmen de Mairena del mismo material y operarnos todo lo operable para estar monísimas de la muerte y quitar el hipo a todos los obreros, taxistas y repartidores habidos y por haber.


Ya no importa que esa belleza sea artificialmente añadida. Tampoco que el resultado de operación tras operación nos convierta en personas físicamente tan parecidas, somos guapas y no importa que seamos iguales. Ni siquiera es importante ya que estos “materiales” estén metidos durante años en nuestro cuerpo...no puede ser sano, pero no importa porque estamos buenas.


Ahora podemos acudir a un centro especializado y pedir como pedimos en la carnicería: “quiero los labios de Yola Berrocal, los pechos de Sabrina, la nariz de Elsa Pataky y los pómulos como los de la chica esta que acaba de salir...si, la rubita....y quítame la grasa de aquí, de aquí y de aquí...” El resultado nos hace parecer adoptados por nuestros padres, porque cambiamos toda la herencia genética, pero qué más da si nos parecemos a la portada del Interviú del mes pasado.


No hay que tener en cuenta si luego es mejor que tengamos la boca cerrada porque en lugar de hablar parezca que ladramos, ni que solamente sepamos sonreir con cara de pazguatas cuando utilicen dos palabras que aunque estén en el diccionario de la RAE no tengamos ni la más remota idea de lo que significan, aunque si nos ponemos a pensar nos parece que es una clase de animal... Si el chico empieza a aburrirse no hay que preocuparse...se puede volver a atraer la atención desabrochando el primer botoncito de la camisa para que se vea el Gran Cañón del Colorado en el que el artista de Corporación Dermoestética ha convertido nuestro antiguo canalillo.


Chicas...si seguimos así el siguiente paso es ponernos junto al jarrón de cristal de bohemia en una estantería de salón luciendo como un bonito objeto decorativo que no sirve nada más que para eso: decorar. Este es el futuro al que nos dirigimos...pero yo prefiero esperaros aquí leyendo un libro.

sábado, 9 de abril de 2011

UNA HISTORIA DE FIN DE SEMANA

Hoy os voy a contar una historia, aunque estoy segura de que la conocéis. Es la historia de dos amigas que salen por ahí una noche a bailar y pasarlo bien. Sólo una noche de chicas, buenas amigas compartiendo un buen rato de la manera más sana. Música, ambiente tranquilo, risas. Y entonces llegaron los hombres. Venían en plan cazador furtivo traicionero. Eran tres cazadores y dos presas, así que obviamente uno de ellos se quedaría sin botín. ¿La manera más elegante de aceptar la derrota? Una retirada a tiempo.

- Cazador 1, tú te encargarás de la presa A, especie: ser humano de sexo femenino con plumaje color inocencia y bondad. Yo, cazador 2, me encargaré de la presa B, especie: ser humano de sexo femenino bastante similar al ejemplar A. Cazador 3, tú te marchas a casa a dormir, ya que tú la semana pasada cazaste y te comiste un ejemplar solitario. Hay que recordar que los ejemplares femeninos de esta especie ya conocen al hombre y casi con seguridad han huido anteriormente de otros cazadores. Nuestras intenciones: perseguir y distraer a los ejemplares, separarlos de la manada hasta que se encuentren en soledad con lo que no puedan apoyarse en el grupo y cuando se encuentren suficientemente confundidos, disparar a matar. A continuación, guisaremos y nos comeremos nuestras respectivas cazas. Mañana comentaremos entre nosotros los detalles de la caza y posterior banquete.

Y así fue. El cazador 3 se fue a dormir. Los cazadores 1 y 2, a los que llamaremos Sr. Yonovoycon malasintenciones y Sr. Amitam bienmehan hechodaño, se disfrazaron de buenos chicos y una vez tenían el traje puesto se fueron de paseo por el camino de la amistad fingida junto con las dos chicas. Y ya basta de rollos, nadie se está tragando que sea un cuento. El caso es que al principio todo genial, risas, buen rollo, y los ridículos "cazadores" sacaron los instrumentos de caza, y entonces fue cuando las chicas vomitaron de asco.

Para empezar, cada uno atacó a una de las dos, como poniendose de acuerdo en el momento, y ante la negativa de ambas intentaron probar suerte cambiando los objetivos, es decir, tú vente a por esta que conmigo no quiere, a ver si cambiando de chica pillamos cacho. Y eso hicieron, la de tumba se fue con timba y la de timba se fue con tumba y volvieron a intentarlo (esto es la letra de una canción de salsa que cuenta cómo 5 personas se intercambian entre ellas. Para las interesadas en oirla, aquí os dejo el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=88slEnn2MnU&playnext=1&list=PL3A0E55377058B874).

Los chicos no parecían entender, a pesar de que desde el principio las chicas lo habían dicho bien clarito y bien fuerte, que NO QUERÍAN HISTORIAS, SÓLO PASAR UN BUEN RATO ENTRE AMIGOS. Siguieron intentando, e intentando. Y al no conseguir nada, "las presas dejaron de ser lo suficientemente buenos como para esforzarse en cazarlos", es decir, que se pusieron como si le hubieran hecho un favor a las chicas, en actitud perdonavidas "yo estoy por encima de eso, chavala, tu qué te has creido". Y seguidamente hicieron una salida ridícula de la función, con una promesa de amistad que estaba claro que no pensaban cumplir pero que las chicas no perdieron el tiempo en desmentir. "Para qué, dejémosles pensar que nos lo hemos creido, así por lo menos se van a la cama sintiéndose El burlador de Castilla". Cuando se quedaron solas, las chicas comentaron con suma repugnancia la poca vergüenza de los chicos.

Esta actitud estúpida y patética de los hombres que para ellos resulta una actuación tan brillante para las chicas no es más que una grotesca obra de teatro con bajo presupuesto y malos actores a la que no irías a no ser que entres por equivocación. Pero ellos se sienten verdaderos maestros, artistas, y desplegan con una absurda seguridad en si mismos toda su genialidad y fingido encanto, creyendo que están dominando totalmente la situación, que esto es pan comido. "Y chica, te ha tocado la lotería conmigo. No sólo soy el único en toda la ciudad que no quiere solamente acostarse contigo, sino que además soy guapo, sensible, inteligente, encantador, detallista, sincero, muchos etcéteras, y además inspiro esa pizca de ternura porque chica, no sabes lo que he sufrido en el pasado, una mala mujer me rompió el corazón y me lo pisoteó, pero ahora se que tú eres la única que puede curar las heridas de este corazoncito tan tierno porque si... aunque no lo parezco, aunque estoy disfrazado de tipo duro, sólo es un escudo que me he puesto para que no me hagan daño, en realidad soy un chico tímido y sensible. A ti te lo cuento porque se que eres una chica distinta, no como esas que están por ahí que se acuestan cada noche con uno diferente... tú eres una buena chica, se nota que lo has pasado mal también... Por cierto... me están entrando unas ganas de besarte... no se por qué, normalmente no me ocurre cuando acabo de conocer a alguien, pero es que me haces sentir algo tan distinto..." Bah, patrañas, por dios, ¿tan tontas nos creéis?

Pues esta ha sido la historia que, como dije, seguro ya la conocíais. Es que así es el mundo... debe ser el cuento más repetido entre todos los cuentos. Sería mejor que los chicos hablasen claro y dijeran: "oye, quiero acostarme con alguna esta noche, me da igual la que caiga, así que qué me dices, ¿quieres ser tu?", se perdería menos tiempo por ambas partes, pero con total seguridad más de una vez se llevarían un buen guantazo. Y es que todavía quedamos algunas chicas con un mínimo de dignidad que pensamos que en la vida hay algo más que "follarse a un tío el sábado por la noche". Perdón por la expresión, pero creo que hay que llamar a las cosas por su nombre ¿no?

viernes, 8 de abril de 2011

¿POR QUÉ NOSOTRAS LES ENTENDEMOS Y ELLOS NO NOS ENTIENDEN?

Eterna pregunta. ¿No os habéis parado a pensar que quizá hablamos idiomas diferentes? He leído el libro: Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus y después, en varias ocasiones, lo he vuelto a ojear. No es que sea mi "Biblia", pero si es cierto que, casualidad o no, la mayoría de las cosas que dice se corresponden con la realidad. ¿Por qué no nos entendemos? Según el libro, hablamos diferentes idiomas. Según yo, son unos zoquetes.

No, ahora en serio, nosotras entendemos de sentimientos, nos expresamos con sentimientos, hablamos de sentimientos, transmitimos sentimientos, y ellos no tienen ni la más mínima idea de como lidiar con ellos. Con suerte, algún hombre sí que es consciente de que los tiene. ¿Se debe quizá a que desde pequeño los hombres están educados de forma que expresar las emociones es algo malo? Recuerda cuantas veces escuchamos a nuestra madre decirle a nuestro hermano: los hombres no lloran.

¿Entonces cómo hablamos para entendernos con un hombre? ... Si alguna lo descubre, por favor, que me envíe un comentario. O mejor aún, un correo urgente, certificado. O mejor aún, que vaya a la tele y lo cuente, porque desde luego sería una primicia, un notición, quizá uno de los descubrimientos más importantes de toda la historia, el diccionario traductor hombre-mujer/mujer-hombre...

Porque si bien es cierto que el libro te ayuda a imaginar como funciona la mente de un hombre, por mucho que cuente al final que una vez ambos saben qué idioma habla el otro todo es un caminito de rosas la realidad es que no hay ni caminito de rosas, ni entendimiento, ni nada de nada. Porque, sencillamente, no nos vamos a entender jamás.

Y creedme, yo lo he intentado con diversas parejas y obviamente no funciona, pues de lo contrario no habría tenido que intentarlo con "diversas", sino que habría triunfado con la primera en lugar de fracasar con ella, y con la siguiente, y con la siguiente... La verdad es esta: los cuentecitos de princesas en los que la criada se viste de rosa y el príncipe se enamora de ella son una ficción, una trampa maquiavélica perpetrada por nuestras abuelas y continuada por nuestras madres que nos hacen creer que algún día seremos protagonistas de nuestro propio cuento y que al final comeremos perdices. La realidad es que si encuentras a alguien a quien puedes tolerarle los defectos, que no te molestan mucho sus virtudes y que en la medida de lo posible te acepta sin plantearte muchos problemas, quédate con ese porque otro mejor no hay. Es la ley de Murphy, cuando algo va bien, es que otra cosa está a punto de estropearse, así que más vale que nada vaya bien y que todo sea aceptable. La virtud está en el término medio. Pero qué bonitos son los cuentos de princesas... y todas ahí, besando sapos, a ver si alguno se convierte en príncipe...