El título lo dice todo. Los hombres querrán leer lo que haya escrito para sentirse indignados y pensar: "mujeres...", y las chicas lo querrán leer para reír un rato y decir: "es verdad".
Los bares no tienen mesas libres y todas están llenas de hombres, los camareros no dejan de servir cerveza tras cerveza, se oyen gritos, improperios y maldiciones varias... Diagnóstico: hay un partido de fútbol. Y es que los hombres pierden los papeles cuando ven el césped y el balón. Ya sean ejecutivos, albañiles, abogados o voluntarios en una ONG todos regresan a un estado primitivo. Pero lo que a ellos tanto les apasiona (teniendo en cuenta que no aparece ninguna mujer en bikini es raro verlos que apenas parpadean...) a nosotras nos parece una situación un tanto ridícula... ¿no? Veamos:
Veintidós hombres sudorosos en pantalón corto corriendo tras una pelotita y uno con la misma vestimenta pero de color negro observándolos, y de vez en cuanto echando mano al pito. Cuando logran esquivar al que está en la portería (que espera con cara de concentración y postura de mono a punto de saltar a una rama) y meterla dentro empiezan a correr, perseguirse, abrazarse, tirarse al suelo unos encima de otros, darse palmaditas en el culito... y luego hala, a los vestuarios, a ducharse todos juntitos y dar latigazos en traseros ajenos con las toallas bien mojaditas. Y los espectadores celebrando...
Creo que no es necesario que explique cuáles son mis dudas en este momento... Aquello que tanto quieren reafirmar los hombres lo echan por tierra por una pelotita en una red... Curiosamente suelen ser los adictos al fútbol los más interesados en dejar claro "quiénes son".
Y sin embargo el fútbol es el deporte estrella, mueve millones y millones de euros...
Y los jugadores cobran miles y miles de euros por hacer de forma profesional lo que los niños hacen en el parque...
Fútbol...
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